jueves, 3 de noviembre de 2011

Introducción.

La observación de los astros ha sido uno de los mayores cuestionamientos o estímulos para cualquier persona, sea esta del promedio, científicos o filósofos de todos los tiempos de la humanidad.

El cielo nocturno es un verdadero espectáculo que cautiva la mirada y genera preguntas sobre el universo, su origen y su funcionamiento. Todas las civilizaciones y culturas han forjado sus propias cosmologías. Unas relatan, por ejemplo, que siempre ha sido tal como es, con ciclos que inmutablemente se repiten; otras, explican que este universo ha tenido un principio, otras que apareció por obra creadora de un Dios superior  a todo lo que existe.

Un universo eterno o un universo creado; pero siempre un universo estático y sin cambios. Todas las cosmologías asumían  esta concepción estática del universo; y fue esta antigua y compartida concepción la que comenzó a tambalear cuando, el 1929, norteamericano Edwin Hubble, tras localizar e identificar diferentes galaxias, observó que se alejaban con velocidades proporcionales a sus distancias; pero a esto hubo antecedentes científicos de grandes pensadores como Einstein y la Teoría de la relatividad general, Lemaitre y Friedmann, principalmente.

Hubble relacionó, en ese año (1929), algo llamado “el desplazamiento hacia el rojo” observado en los espectros de las galaxias con la expansión del Universo. El desplazamiento hacia el rojo es la separación de las líneas espectrales, emitidas por un objeto celeste que se aleja del observador, respecto a la posición en que aparecerían si estuviera en reposo. Sugirió que este desplazamiento es provocado por un fenómeno llamado “Efecto Doppler” y, como consecuencia, indica la velocidad de retroceso de las galaxias. Utilizando la ley de Hubble se puede calcular la distancia de las galaxias. Gribbin.(2002)

Un universo en expansión es una hipótesis que surgió como consecuencia natural de la observación del corrimiento hacia el rojo de las radiaciones galácticas, aunque ciertas teorías derivadas de las leyes de la relatividad y elaboradas de modo sucesivo por Willem de Sitter, Hermann Weyl y Alexander Friedmann habían anticipado modelos dinámicos del universo. Finalmente, en 1928 el belga Georges Lemaitre construyó un modelo en expansión por medio del cual era posible predecir teóricamente la ley del corrimiento al rojo de Hubble. Según este concepto, la Constante de Hubble es el número que describe la velocidad de expansión del universo actual, Gribbin. (2002). En un Universo en expansión las galaxias más distantes se alejan de los observadores terrestres a mayor velocidad que las más próximas, la constante de Hubble establece una relación entre la distancia a que se encuentra de los que observan en la tierra una galaxia y la velocidad a la que se aleja.

A mediados siglo XX, entonces dos respuestas, teorías o modelos pretendían explicar la predicha y observada expansión del universo: Según Palau. (2011). El modelo de Estado Estacionario de Universo y el de la Gran Explosión Primordial. Fue precisamente un defensor del modelo estacionario de universo, el astrofísico inglés Frío Hoyle quién, en 1950, dio el nombre al segundo modelo con la expresión “Big Bang” (“Gran Explosión” o “Gran Boom” al inicio del universo). Una expresión que ha prosperado para designar el mejor modelo actual sobre el origen y evolución del universo.
Durante la segunda mitad del siglo XX, la mayoría de las escuelas científicas optaron por la hipótesis de un universo dinámico en actual fase de expansión originado a partir de un estado de extraordinaria densidad y temperatura que estalló en una explosión, el mencionado Big-Bang.







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